sábado, 16 de enero de 2010

Un poco mas de Solidaridad...

Es verano y trato de disfrutarlo. Se que no planee nada para esta etapa hasta que comience de nuevo el ciclo lectivo, donde por seguro, tendré mas ocupaciones y de por si no me voy a aburrir.
2010 tiene que ser un año de mucha suerte para mi, si, eso tiene que ser… y es lo que espero porque hasta ahora no es que haya tenido mala racha, sino que algunas de las cosas no salieron como esperaba. Ser joven hoy en día tiene muchas desventajas, pero ser joven y subestimado es aun peor.
Pero me logro relajar, un poco de yoga, meditación, descanso… si, de esa manera puedo disfrutar aun más. ¿Quién hubiese pensado que Yoga seria real y verídico en sus beneficios para el cuerpo? “Uno comienza haciendo yoga, pero luego es yoga quien lo hace a uno”. Deberían experimentarlo.
En cuanto a mi vida espiritual, se que va todo bien, comenzando la actividad terrenal de nuevo, en célula, por lo menos eso. Y la verdad que “Humberto”, el responsable de ahí, se esmera bastante por todos y por mi, eso es bueno, me anima más a seguir. La verdad es un líder de célula bastante bueno, por no decir unos de los mejores, que me hubiese gustado trabajar hace tiempo con el: nadie de los participantes de sus reuniones puede hablar mal de el, porque no hay motivo alguno para hacerlo. Hecho que envidian muchos, y ejemplo que deberían seguir.
Bueno, el tema que estuve pensando para comentar es una situación de la cual fui presente y me dejo muchas dudas en nuestro accionar como personas que somos. Hace unos cuantos días acudí a una sucursal del banco Macro en la cuidad de Perico (Jujuy – Argentina) a hacer unos trámites de una cuenta bancaria, por razones de falta de recursos humanos por parte del banco, ese día se hacia una sola fila de espera para todos los trámites, así que como era de suponerse: un mundo de gente. Era de mañana cuando veo que una mujer no vidente entra por la puerta de la sucursal bancaria, acompañada por un hombre que luego se fue ya que solo estaba de paso y amablemente la ayudo a ubicarse. Luego, unos cuantos minutos mas tarde, salio del banco la mujer custodiada por uno de los guardias del local, la dejo en la vereda cerca de la puerta de acceso al banco y le dijo: “Bueno, ahí al frente esta la calle”, y se retiro.
Ni lerdo ni perezoso comencé a observar mas de cerca la situación, rogaba porque la señora supiera ubicarse en el lugar y poder encontrar su destino sin ningún inconveniente, pero la suerte dijo que no. La vi parada con su bastón guiador en el mismo lugar que la dejaron por mas de 15 minutos, trataba de caminar pero volvía a ese lugar, y se notaba en su rostro que estaba confundida. En ese momento pregunte al chico que estaba adelante mió en la fila si era de esa cuidad, ósea Perico, me dijo que si, entonces refute: “¿Por qué no le preguntas a la señora que esta ahí donde desea ir y la ayudas? Yo lo haría pero no soy de este lugar y no conozco bien; y ella de hace rato que esta allí.” Al instante respondió: “Ella vive en San Cayetano…” y no puedo terminar la respuesta porque se reía de la pobre mujer que iba y venia. En fin, no se acerco a ella, ni ninguno de los que estaban ahí, y eso que eran muchos.
“Bueno, lo tendré que hacer yo” dije, y salí de mi lugar a ayudarla. Cuando me acerque le pregunte si necesitaba ayuda y hacia donde se quería dirigir, me respondió que iba hacia el mercado, “yo no soy de aquí, no se donde queda el mercado, pero puedo buscarle un taxi del frente, si quiere, para que la lleve” le comente, “no gracias, estoy bien” me refuto. Entonces decidí volver a la fila de espera, vi que ella estuvo unos minutos más y salio caminado en paralelo hacia la calle, por la vereda, hasta que desapareció. Supongo que logro llegar donde quería.
Camino a mi cuidad volví meditando sobre el tema y lo vivido, un poco de “bronca” sentía porque la inoperancia, inaptitud y sobre todo: falta de solidaridad que tuvieron las personas que se reían de esa pobre mujer y en ningún momento se acercaron a preguntarle si estaba bien. ¿No somos seres humanos que reflexionamos y nos ponemos en el lugar del otro ser (empatia)? Parece que en ese momento nadie tenia estas cualidades, una pena la verdad que estemos metidos tanto en nuestras propias cosas que no prestemos atención a las necesidades de los demás, hay que corregir eso, y si lo digo yo con mas razón, ya que siempre vivo en mi mundo, pero se cuando debo salir de el para ayudar a alguien que me necesita. No nos olvidemos que la vida va y viene, lo que le pasa a otros nos puede pasar a nosotros, seria bueno que prevengamos malas vivencias ayudando a los demás, para cuando seamos nosotros los necesitados, alguien nos devuelva nuestras buenas acciones… ¿Qué piensas tu?



Elías

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